La cabra tira al monte: un puente en Asturias

Lago de la Ercina
Lago de la Ercina

Este Puente de Todos los Santos nos lo hemos pasado en los Picos de Europa. Aquí están resumidas las tres claves principales de los Picos: Los Lagos de Covadonga, el Naranjo y la Ruta del Cares.
JUEVES 1
Por la mañanita temprano partimos hacía Asturias. Aunque Galicia parece que esté al lado, en realidad hay que dar bastante rodeo para llegar, ya que la conexión por carretera no es muy buena. Habíamos alquilado una habitación en una casita rural en un pueblo llamado Soto de Dego, a 600 metros de Cangas de Onís. Al mediodía llegamos a la casa, tiramos las mochilas y nos fuimos rápidamente a Cangas a comer para salir cuanto antes a los Lagos. En esta época hay que ir temprano, que en seguida se hace de noche y la niebla se mete que da gusto!
Todo el trayecto en coche es precioso, y en otoño está todo lleno de colores de lo más variado. Como era puente había bastante gente, pero tampoco era como estar en las rebajas del Corte Inglés. Empezamos por subir hasta arriba del todo y luego ir bajando poco a poco.

Picu Urriellu
Picu Urriellu

VIERNES 2
Nos levantamos muy temprano ya que iba a ser un día duro. Nos quedaba un rato largo en el coche hasta Sotres, el punto de partida de nuestra ascensión. Nos ponemos en marcha con mucha energía que las increíbles cuestas van mermando poco a poco. De allí a una hora llegamos a un pueblo, donde resulta que ha dejado la mayor parte de la gente sus coche. Claro, ellos empizan allí frescos como lechugas y nosotros ya nos hemos subido una montaña, pero nos da igual todo, porque sabemos que la cabra tira al monte y unos kilometrillos de más no nos van a aguar la fiesta. Las cabras y los paisajes de infarto nos acompañan de nuevo. Ya llevanos mucho caminado y del Naranjo no se ve nada. Pero de pronto giras la montañas y allí te lo encuentras. Y el sol te ciega y casi no te deja ver la cumbre. Te parece que ya estás cerca pero en realidad la cosa no ha hecho más que empezar. Ahora queda lo peor, cuando las fuerzas empiezan a estar ya un poco mermadas. Al menos la gente que ya está de vuelta te va dando ánimos “Ya os queda poco…”, “El esfuerzo merece la pena….” Y aunque cuesta, sabemos que es cierto y por eso seguimos subiendo. La ruta te lleva hasta un refugio que hay justo al pie de la pared vertical de la cumbre. Ya sólo se puede seguir si vas a escalar. Descansamos un poco, comemos algo, cogemos agua, sacamos las fotos de rigor y emprendemos la vuelta. Son ya las 4 de la tarde y sabemos que se nos hará de noche durante el camino, así que hay que llegar cuanto antes hasta donde estaban los coche aparcados, que allí el camino ya es ancho. Volamos todo lo que se puede montaña abajo, porque es tan empinado que no se puede bajar muy deprisa. Un último vistazo al Naranjo al lado de nuestras amigas la cabras, giramos de nuevo la montaña y lo perdemos de vista. Llegamos a los cohe cuando ya es casi de noche, pero aún se ve bien. Cuando oscurece más sacamos la linterna que hemos llevado de forma previsora y continuamos el camino. A eso de las 7 y pico llegamos al coche, cansaditos de un día duro, pero satisfechos porque lo hemos hecho. Ya sólo nos falta la ducha y la merecida cena.

Ruta del Cares
Ruta del Cares

SÁBADO 3
El día anterior nos dejó un poco cansadotes, así que no madrugamos mucho y partimos hacia Puenteponcebos, donde comenzamos la Ruta del Cares. No tenemos posibilidad de hacerla entera, porque tenemos que hacerla de ida y vuelta. Así que decidimos ir hasta Caín, que es la mitad, y con mucha calma. Tanta calma tuvimos que nos dieron las 3 de la tarde y aún no habíamos llegado así que decidimos dar la vuelta un poco antes del objetivo y que no se nos hiciese de noche como el día anterior, que aquí la ruta es por unos desfiladeros por el cañón del río Cares que en ocasiones meten miedo. Bueno…. Miedo no dan, pero no deja de tener su aquel.

Cabo de Peñas
Cabo de Peñas

DOMINGO 4
Ya tocaba volver a casa, pero había que aprovechar la ocasión, así que pasamos por Ribadesella y el Cabo de Peñas. El Cabo es muy bonito, pero comparado con Finisterre… pues como que le falta algo. Es que si no se acaba el mundo conocido, pues le quita dramatismo a la cosa. Y aún encima no pudimos avistar ningún cetáceo porque estaba el tiempo bastante malo. Una pena! Pero bueno, Asturias nos dejó muy buen recuerdo y seguro que volveremos.

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